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La pluma de Kim

El secreto de la buena pasta

El secreto de la buena pasta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La pasta es uno de los platos más sencillos de cocinar, sin embargo una mala cocción puede arruinar nuestro menú. Con unos pequeños trucos conseguiremos preparar una pasta “al dente”.

La pasta lleva siglos en nuestros menús, desde que Marco Polo la llevó a Italia desde China. Pero aunque es originaria de China, han sido los italianos los que más han popularizado este gran alimento.

Es un alimento elaborado de trigo y posee muchas propiedades nutritivas como los carbohidratos, que reducen la acumulación de grasa; la fibra, que favorece el funcionamiento gastrointestinal; y las vitaminas E y B, antioxidantes naturales. Además es naja en grasas y proporciona energía.

Contrario a lo que se cree comúnmente, la pasta por si solo no engorda, tan sólo tiene 340 calorías por 100 gr., lo que engordan son las salsas con las que se acompañan.

La primera clave para cocerla perfectamente es utilizar una olla lo suficientemente grande como para que la pasta pueda moverse libremente por el agua hirviendo. También es muy importante añadir un chorrito de aceite (mejor de oliva) para que no se pegue y cocerla a fuego vivo y con la olla destapada, removiendo de vez en cuando.

Al dente
La pasta está perfectamente cocida cuando está al dente. Este término italiano significa “firme al paladar”. Se sabe que está al dente cuando al probar un poco de pasta, está tierna y sin ningún regusto amargo, pero aún presenta una cierta resistencia al paladar. Si se cociera en exceso, resultaría desagradablemente blanda.

Tipos de pasta
El universo de la pasta es muy amplio, por ello encontramos diferentes tipos. Por su cocción y su forma, se puede clasificar en dos tipos: larga y corta.

En la pasta larga encontramos los típicos espaguetis, los tagliatelle o tallarines (los llamados espaguetis anchos) y los vermicelli (espaguetis muy finos, tipo fideos). En la corta se agrupan los macarrones, las mariposas y los fusilli (espirales), entre otros derivados.

La diferencia es clave, pues se cuecen de forma ligeramente distinta. Si es corta, se agrega la pasta toda de golpe, pero se empieza a contar el tiempo de cocción una vez haya vuelto a hervir el agua con la pasta dentro.

En la larga, sin embargo, se debe deslizar la pasta lentamente en el agua hirviendo, sin forzarla. Mientras se ablandan hay que introducirlos suavemente, y hasta que no le cubra el agua y vuelva a hervir no se deberá empezar a contar el tiempo de cocción. Una vez esté en su punto, se deberá escurrir y devolver al fuego en la misma olla, a la que se habrá puesto un poco de mantequilla o aceite de oliva, y se removerá a fuego vivo hasta que queden brillantes.

Los tiempos de cocción varían dependiendo de si la pasta es fresca o no, si está rellena, etc. Para poder hacernos una idea, hemos de mirar las instrucciones del paquete de la pasta o se tener en cuenta las siguientes indicaciones:

  • Pasta fresca: 1-3 minutos, si está rellena 3-7 minutos.
  • Pasta seca y fideos: 8-10 minutos.
  • Formas de pasta seca: 10-20 minutos.


La salsa
Cabe destacar también la salsa que va a acompañar a la pasta. Las salsas espesas y ligeras ligan más con pasta con forma, tipo macarrones rayados o los fusilli; en cambio las salsas a base de aceite de oliva quedan mejor con pastas finas como los espaguetis o linguine (espaguetis muy finos con los extremos planos); y las salsas de carne con láminas de lasaña o en canelones.

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