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La pluma de Kim

Las 1001 formas de cocinar el huevo

Las 1001 formas de cocinar el huevo

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

El huevo es uno de los alimentos más versátiles y nutritivos que existen, por eso se utilizan para muchos platos y se cocina de muchas formas distintas. Además, actualmente podemos encontrar distintas clases de huevos: de gallina (los de toda la vida), de codorniz (mucho más pequeños que los de la gallina, indicados para guarniciones y canapés), de avestruz (los más grandes), de oca o de pato.

Los huevos son una gran fuente de proteínas y vitaminas. Un huevo grande posee el 15% de la cantidad diaria de proteínas recomendadas para un adulto. Además de todos aminoácidos necesarios para el cuerpo, minerales como el hierro, yodo y calcio; y vitaminas A, B, D, E y K. La única vitamina que no encontramos en el huevo es la vitamina C.

Pobres en calorías, tan sólo 75 calorías por huevo, se ha desmentido lo que llevábamos escuchando hace años, que el huevo producía colesterol y debíamos limitar su ingesta a 1 por semana. Aunque contiene 213 mg de colesterol (concentrado en la yema) su nivel en grasas saturadas es muy bajo, por lo que no tiene que preocuparnos el colesterol.

Elección y conservación
Debemos siempre elegir los huevos más frescos posibles. En el embalaje normalmente, llevan una fecha de caducidad. Sino llevan fecha, para comprobar su frescura solo hace falta un vaso con agua. Si el huevo flota, es mejor no utilizarlo pues ha perdido su frescura.

Los huevos deberán conservarse en la nevera, y hay que alejarlos de alimentos con olores. Por ello se aconseja que se conserven en su embalaje original, cerrado o en las hueveras de las neveras; siempre con la punta hacia abajo para que la yema se mantenga centrada.

Hay que colocarlos en la nevera nada más llegar a casa, pues está demostrado que envejecen (pierden más frescura) en un día a temperatura ambiente, que una semana en la nevera. Además, si se guardan en la nevera se prolonga la vida del huevo unas 4-5 semanas más de lo que indica su fecha de caducidad.

Comer el huevo
Las formas más típicas de comer el huevo son:

  • fritos (con abundante aceite, mejor si es de oliva)
  • a la plancha (sin aceite en plancha de teflón)
  • en tortilla (típico de España)
  • revueltos ( como la tortilla, pero sin darle forma)
  • duros (cocidos con cáscara más de 10 min.)
  • blandos (como duros pero con la yema blanda)
  • pasados por agua (cocidos con cáscara menos de 5 min.)
  • escalfados (cocidos en caldo, normalmente sin cáscara)


Las claras del huevo
Para muchos platos de repostería se utilizan las claras del huevo batidas. Se pueden batir las claras a mano o con la batidora.

Con la batidora, debemos comenzar a batir a una velocidad lenta (para romperlas claras) e ir aumentando la velocidad progresivamente. Si se quiere batir a mano y obtener más volumen, es mejor utilizar una batidora de varillas.

El mínimo resto de yema hará que las claras no se batan bien, así que además de tener mucho cuidado, si se nos mezclase con la yema, la debemos retirar con un trozo de cáscara; cualquier otro utensilio (cucharilla, tenedor, varilla...) sólo hará que la yema se desparrame.

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